Anécdota:
“¿A dónde van los muertos?”
Nada describe mejor la interrogante de nosotros los vivos de a qué lugar irán nuestros muertos como lo hace el poema que el gran poeta mexicano Amado Nervo escribió al fallecer su madre:
En vano entre las sombras mis brazos, siempre abiertos
asir quieren su imágen con ilusorio afán
qué noche tan callada, qué limbos tan inciertos
¡Oh, Padre de los vivos! ¿A dónde van los muertos?
¡A dónde van los muertos, Señor, a dónde van!
Muy vasta, muy distante, muy honda, sí muy honda
pero muy honda debe ser, ay la negra onda
en que navega su alma como un tímido albor,
para que mi madre tan buena no responda
ni se enternezca al grito de mi infinito amor.
Glacial, sin duda, es esa zona fría,
oh sí, muy fría, pero muy fría debe estar,
para que no la mueva la voz de mi agonía,
para que todo el fuego de la ternura mía,
su corazón piadoso no llegue a deshielar.
Acaso en una playa remota y desolada,
enfrente de un océano sin limites, que está
convulso a todas horas, mi ausente idolatrada
los torvos horizontes escruta con su mirada,
buscando un barco de luz, el que jamás vendrá,
Quién sabe por que abismos hostiles y encubiertos
sus blancas alas trémulas el vuelo tenderán
quién sabe por que espacios brumosos y desiertos…
¡Oh, Padre de los vivos! ¿A dónde van los muertos?
¡A dónde van los muertos, Señor, a dónde van!
Tal vez en un planeta bañado de penumbra
que un sol opaco, ya casi extinto alumbra,
afligida peregrina mirando en rededor
ilógicos aspectos de seres y de cosas,
absurdas perspectivas, creaciones misteriosas,
que causan extrañeza sutil y vago horror.
Acaso está muy sola, tal vez mientras le pienso
está toda ella triste, quizás con miedo esté,
tal vez se abre a sus ojos algún arcano inmenso,
quién sabe lo que siente, quién sabe lo que vé,
quizás me grita “¡hijo!”, buscando en mí un escudo
Mi escudo que tantas veces en vida la amparó,
y advierte con espanto que todo se halla mudo,
qué hay algo en las tinieblas, fatídico y sañudo,
que nadie la protege, ni le respondo yo.
¡Oh, Dios¡ ¡Me quiso tanto! sus brazos siempre abiertos,
como un gran nido tuvo para mi loco afán,
te pido que la guíes hacia la Luz Eterna,
y guíes a la vida sus pobres pies inciertos,
¡Piedad para mi muerta! ¡Piedad para mi amada!
¿A dónde van los muertos, Señor, a dónde van?
Así que mis caros cuatro lectores, brevemente hoy hablaremos de las diferentes opciones y posibilidades de a dónde vamos cuando entregamos el equipo. El alma es “eterna” o sea reencarna en otro ser humano que nace en algún lugar del planeta. Eso de eterna es entre comillas, pues solo cuenta con 18 reencarnaciones o vidas para completar la rueda del Samsara y terminar su ciclo en nuestro planeta. Despues de completar la rueda del Samsara regresa “a casa”. Somos simplemente energia. Nuestro corazon late por una chispa de energia electrica. Por eso en un hospital cuando el corazon de alguien se detiene tratan de revivirlo con un defibrilador electrico aplicandole descargas electricas en el pecho. Tratando de que el corazon retome la energia electrica que acaba de perder. Y en el universo la energia nunca se destruye, solo se transforma. Por otra parte, el espíritu no es eterno sino que es lo que somos nosotros. Es irrepetible. Es nuestra escencia y guarda toda nuestra memoria, todo lo que somos y cuando morimos es todo lo que fuímos. De lo que pasa con él es sobre lo que hablaremos hoy. Dos de esas posibilidades son de todos conocidas: el cielo y el infierno. El “cielo” a que se refieren las religiones del mundo es la Eterna Luz Divina. Y la Eterna Luz Divina no es otra cosa que el sol, el astro alrededor del cual giran los planetas de nuestro sistema solar planetario. No nos cabe en la cabeza que seres puedan vivir en el sol, por su temperatura. Pero considerar su temperatura como imposibilidad es un abstracto desde nuestro punto de vista físico de la tercera dimensión. Es imperante tener presente que una vez que abandona nuestro cuerpo fisico, el espiritu es un ser etereo y puede viajar distancias relativamente no muy distantes en el universo. La opcion del infierno, la mas aterradora de todas, es una que nunca debemos descartar. Y no es un infierno, son nueve infiernos en total. Por eso la expresion “mundos infiernos” en plural es completamente exacta. Los describió Dante en su obra maestra literaria “La Divina Comedia”. Aunque la nocion de que se encuentran en el centro de la tierra es incorrecta. Los nueve infiernos se encuentran alrededor del planeta Saturno y son los haros que circundan a ese planeta. Los mundos infiernos entonces son los haros de Saturno. Hasta alla van a dar los malvados y perversos. De lo que hay en el centro de la tierra y otros lugares, como debajo de la superficie del continente de la Antartida, es material para otra historia. Pero regresemos a lo que hoy nos atañe. La tercera opcion para los muertos es el paraiso. Asi es, mis caros cuatro lectores. Los Testigos de Jehova no andan del todo equivocados en sus revistas Atalaya y Despertad donde muestran dibujos a colores del “paraiso prometido”. En ellas aparecen bosques y bestias mansitas y seres humanos sonrientes y felices entre flores y cascadas de agua. Ese “paraiso” no es otra cosa mas que un planeta existente en nuestra galaxia, la Via Lactea. Alli son llevados aquellos seres humanos cuyo desempeño en tal o cual reencarnacion fue excepcional y entregado a hacer el bien a otros seres vivos y a las causas justas del planeta Tierra. Ese planeta y sus habitantes, todos habitantes de la cuarta dimension, son visitados en ocasiones por Jesus de Nazareth, quien normalmente habita la novena dimension. El Buda tambien a veces los visita. Una opcion no muy recomendable para ninguno de nosotros es quedarnos vagando en este planeta despues de que colguemos los tenis. Asi es, mis caros cuatro lectores, hay espiritus que deciden no irse ni al cielo ni al infierno y deciden que quieren seguir dando lata en este despostillado y contaminado mundo. Algunos lo hacen a proposito escondiendose de los Angeles que los deben llevar a su destino. Angeles blancos si les toca irse al “cielo” o Angeles negros si les toca irse al infierno. Algunos otros no lo hacen de adrede sino que por X o por Z motivo no les cae el veinte de que ya estan mas muertos que Tutan Kamon y andan muy forondos tirando barra como si nada. Que les importa a ellos! A esos grupos pertenecen los que nosotros conocemos como “fantasmas”, “aparecidos”, “descarnados”, “espiritus chocarreros”, “espiritus diabolicos”, “espiritus materialistas” y “espiritus intrusos, de posesion o Walk-in”. Aparte del cielo, el infierno, el paraiso, y quedarse de vagos, hay otras opciones para los muertos pero el resto de opciones es para una selecta minoria. Casi todos los Dalai Lamas al morir son llevados a la Septima Dimension, donde Satanas, el Principe de las Tinieblas, o cualquier otro Lider de los Inframundos, no tienen acceso y por lo tanto no pueden tocarlos o hacerles daño. En esa dimension habitan los Arcangeles. Y a esa dimension tambien fue llevada al morir la Virgen Maria, la madre del Cristo, asi como el padre y hermanos del elevado Profeta iluminado tambien conocido como Hijo de Dios, El Verbo, El Gran Maestro y El Mesías. Desde alli, esas Jerarquias de la Luz realizan lo que algunas personas se refieren como “milagros”. Tienen todos ellos el poder de hacerlo. Por poner solo un ejemplo, de los dos millones de seres humanos que arriban cada 12 de diciembre a la Basilica de Guadalupe en la ciudad de Mexico, la Madre del Cristo solo “concede” u “otorga” “milagros” a aproximadamente 24 de ellos. Dos docenas a lo sumo, mas o menos. Y por que tan poquitos, se preguntaran ustedes mis caros cuatro lectores. No es porque ella no quiera. Es porque las Reglas entre la Luz y la Oscuridad existentes en el universo no se lo permiten. Para que el “milagro” sea “concedido” tienen que converger varios factores. Entre ellos esta el que la persona no deba Karma ni de esta vida ni de vidas anteriores. Si el balance de su Karma esta en cero, el “milagro” tiene posibilidad de ser “otorgado”. Si acaso la persona no solo no debe Karma sino que tiene Dharma a su favor, que es lo opuesto del Karma, entonces el “milagro” tiene muy pero muy altas posibilidades de ser concedido. Lamentablemente muy pocos seres humanos encajan en esas categorias. La gran mayoria tenemos mucha cola que nos pisen, como dicen en mi rancho. Algunos iluminados y maestros elevados, de la India o de cualquier otro lugar, al morir tambien son llevados a la septima dimension para ponerlos a salvo de los Lideres de los infiernos y los Lideres de la Oscuridad. El Buda, quien es considerado en la otra mitad del planeta como el Cristo del Oriente, habita la decima dimension. Y el Dios Todopoderoso que gobierna sobre el planeta Tierra, tambien conocido como Jehová, Alá, Elim y Padre Celestial, habita la inalcanzable dimension numero once. Los Papas del Vaticano lamentablemente no corren con la misma suerte que los Dalai Lamas y muchos de ellos se encuentran en los mundos infiernos purgando sendas condenas por abominables crimenes de lessa humanidad cometidos durante sus Papados. El destino de cada quien esta escrito en nuestro Registro Akashico tambien conocido como El Libro del Destino. Aquellos que descifran los Secretos de la Matrix pueden conseguir la modificacion de su Registro Akashico y correr con un poco de mejor suerte. La mayoria de los seres humanos en altas posiciones del poderio economico mundial, como Elon Musk, Mark Zuckerberg, Bill Gates, la familia Walton, la reina Isabel II, la familia imperial del Japon y la gran mayoria de las familias reales del planeta manipulan esos conocimientos para su beneficio, presente o futuro, tanto para cuando esten vivos como para cuando esten muertos. Hay otros seres humanos que, sin pertenecer a la elite mundial, modifican a su favor sus Registros Akashicos. Entre ellos se encuentran algunos Hechiceros Negros, algunos Hechiceros Blancos (como yo), y algunos Gurus espirituales como el argentino Matias de Estefano. Pero bueno, ya nos salimos del guacal pues estamos hablando del destino de estrechas minorias y no de la gran mayoria de los seres humanos. Y asi, mis caros cuatro lectores, terminamos hoy nuestro viaje espiritual acerca de un tema tan polemico como es nuestro destino al morir. Espero no haberlos confundido. Y si se confunden es porque ustedes mismos se hacen bolas. No hay peor ciego que el que no quiere ver y no hay peor sordo que el que no quiere escuchar. Recuerden hacer el bien sin mirar a quien porque si hacen el mal los esperan los infernales Haros de Saturno, de los cuales no hay escapatoria. Ay nanita chula, que miedo! Que tengan tod@s un fantastico domingo de verano. Hasta la proxima! 
