Según cuenta la leyenda, un predicador que curaba enfermos llamado Pantaleón (reconocido como “San Pantaleón”) le pidió a una familia muy humilde que lo invitara con un plato de comida. Estos, sin dudarlo, le ofrecieron de inmediato una comida simple y económica: ñoquis.
El santo, para agradecer el buen gesto, y en medio de un año de poco trabajo para la familia, les auguró “un año de abundancia y prosperidad”.
El episodio ocurrió el día 29 y, a raíz de ello, surgió la costumbre de comer ñoquis en esa fecha particular con la esperanza de un futuro más próspero.
Además, la historia incluye que al irse el peregrino de la casa los campesinos encontraron “monedas de oro” debajo de los platos.
Este detalle del relato se conecta con la tradición, sobre todo en América del Sur, de acompañar los ñoquis con dinero para que “traiga fortuna” al comensal.
Más allá de la leyenda, y de que dé suerte o no realmente el comer ñoquis los 29 de cada mes, es una excusa ideal para compartir un momento en familia o amigos y comer una deliciosa pasta.
1 kg de papas
200 g de harina (aproximadamente)
1 huevo
Sal
Pimienta
Nuez moscada
Queso rallado
Instrucciones:
Preparación de las papas:
Lava las papas y cocínalas con cáscara en agua hirviendo hasta que estén tiernas.
Pela las papas y pásalas por un prensapuré o tritúralas hasta obtener un puré sin grumos.
Preparación de la Masa:
En un bol grande, coloca el puré de papas.
Agrega la harina, el huevo, una pizca de sal, pimienta, nuez moscada al gusto y queso rallado.
Mezcla todos los ingredientes hasta obtener una masa homogénea y suave. Si es necesario, añade más harina.
Formación de los ñoquis:
Espolvorea harina sobre una superficie limpia.
Toma porciones de masa y forma rollos delgados.
Corta los rollos en trozos pequeños y pásalos por un tenedor para darles la forma clásica de ñoqui.