El dueño de la distancia vacía de pasos andados
hacia delante, de donde mueren los pasos del
caminante que por no caminar no hace camino,
y se escondió en la distancia… el mal amante.
Se dice que poseía besos del sabor de las alas
de los ángeles, que tenia la sabiduría de las lunas
en cuarto menguante, del sol cuando sale el día
y no hay nube que lo tape.
Del mal amante se cuenta que tan solo había
letras en las entrañas de un poeta, que le bailaba
a la luna y ella se ponía coqueta pero el amarla
no sabía y ella se cambio de poeta.
Dicen que le encontraron escondido tras las
letras de un silencio, junto a luz de una luna
que ya jamas le alumbraba, por mal amante
pereció, en el lecho de una dama que jamas
nadie la vio y en su pecho… una daga.
Fran.