Está prohibida porque nos uniría colectivamente en paz y amor, pues nos ayuda a ser conscientes que todos somos iguales; todos somos hermanos. Se acabarían los prejuicios, ayudaríamos más, simplemente nos expresaríamos desde el amor infinito.
El control por medio de el miedo y la ignorancia, y dividir a la humanidad, es lo que más frena nuestro avance, y esta planta maestra nos ofrece lo contrario a eso. Estimula el gusto por el autoaprendizaje, autoconocimiento y autosanación.
Nos ayuda a vencer miedos, conocernos, aceptarnos, amar, sanarnos, y ser uno mismo.
Habría cada vez menos control del sistema, convertiría a la gran mayoría, en libres pensadores y anarquistas que usen el amor y libre albedrío como única arma.
Se combatiría la ignorancia, y daríamos buen uso de nuestra inteligencia para exterminar todo conflicto. Tal vez no habría guerras, y el negocio del sistema y los monopolios sufrirían grandes daños. Regresaríamos a ser conscientes de quienes somos y crearíamos un mundo de consciencia, en general.
Pero antes debemos vencernos a nosotros mismos. Tomando como guía única el amor y el respeto, tanto a esta planta, como animales, todo ser vivo, al planeta, a las demás personas, y a uno mismo. Por que su uso inconsciente nos podría llevar a conocer nuestras más grandes sombras e ignorarlas sin sanarlas, incluso a salirnos completamente del camino de la armonía… Pero su uso consciente y desde el amor, nos puede ayudar con cinco de las cosas que mas nos benefician y nos conectan a nuestra esencia: Amar, Sanar, Aprender, Ayudar y Expresar.