El primer reloj de pulsera de la historia fue el Breguet N.º 2639, diseñado por Abraham-Louis Breguet en 1812 para la reina Carolina Murat, hermana de Napoleón Bonaparte.
El reloj Breguet N.º 2639 era un reloj de repetición para brazalete, con una correa de pelo entrelazado con hilos de oro. Tenía una forma ovalada y contaba con complicaciones como un termómetro, indicador de fase lunar y repetición de minutos.
El reloj de pulsera se puso de moda después de que la reina de Nápoles lo luciera en su muñeca.