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Ya viste qué sucias están las sábanas que tiende la vecina?
—Seguro no sabe lavar bien… o usa jabón barato —
decía una mujer, mientras observaba desde su ventana.
Cada vez que la ropa colgaba en el tendedero, ella repetía
el comentario. Una, dos, tres veces por semana.
Pero un día, se quedó en silencio.
—¡Mira! Por fin aprendió a lavar… ahora sí le quedaron blancas.
Su esposo, sin dejar de leer el periódico, le respondió:
—No fue ella. Hoy me levanté temprano y limpié los vidrios
de nuestra ventana.
Ella se quedó callada.
Y en ese instante, entendió todo.
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Moraleja:
Muchas veces, lo que criticamos… no está sucio.
Somos nosotros los que estamos mirando con ojos empañados.
Por juicios, por envidia, por costumbre.
Antes de hablar de alguien…
Asegúrate de que tu ventana esté limpia.
Porque a veces…
el problema no está afuera.
Está en cómo estás mirando tú.
