UN CUENTO DE NAVIDAD
“BRUNO UN PERRO NAVIDEÑO PARA MERLE”
Bruno era un perro que deambulaba por las calles, vivía como podía, si bien no era un perro viejo, sabía que no duraría mucho en esta época decembrina, dónde el frío y el hambre aprietan.
Merle era una mujer mayor que por azares del destino nunca se casó y se refugio durante muchos años en su trabajo de dependienta en un negocio que vendía estambres de todo tipo, por su situación se volvió triste y deprimida.
Al jubilarse su depresión creció más, aún así, intentaba llevar lo mejor que podía su vida, decidió integrarse al grupo de una iglesia cercana y así no tener una vida triste y sin rumbo, muchas veces recurría al doctor por sus achaques y dolores.
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Doña Merle, no la quiero engañar, su corazón no anda bien, sus reumas van en aumento y sus pies se hinchan porque retiene líquidos, deberá comer más verduras y comer carne blanca, tomar líquidos y sus medicamentos
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Doctor con sus diagnósticos tan acertados creo que moriré pronto
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No me vea así, le explicó lo que observó y en base a sus análisis, quizás le convendría alguna ocupación en casa, cómo tener una mascota o alguna actividad acordé a su edad
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¿Mascota? Si con trabajos puedo conmigo, menos atender un perro o gato
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No lo vea por ese lado, mirelo como una terapia de motivación
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Comprendo su razón pero estoy bien así de momento
Los días siguientes Merle lloraba en su casa, pensando que su vida se iría duramente, hasta que una noche que venía de misa, observó un perro que yacia tirado en la banqueta, respiraba con dificultad, curiosa fue a verlo el canino le gruñía leve, se acercó con cuidado.
- Amigo déjame acercarme, quizás te pueda ayudar
Despacio y con cuidado acaricio la cabeza del perro, el cuál la mjraba temeroso y triste.
Al querer levantarlo pesaba bastante, con gran esfuerzo fue a una veterinaria cercana para que lo valoraran, se veía muy triste y al verlo la doctora, rápido le aplicó suero y dentro del suero medicamento.
Merle observó una placa que pendia de su cuello y leyó el nombre que decia Bruno.
- Bruno anda debes curarte ya que en dos días será navidad
Ella iba y venía de la veterinaria, hasta que al tercer día el perro ya se movía más y estaba más activo.
Al darlo de alta, Bruno iba contento, Merle recordó las palabras del doctor y por esa extraña razón sabía que estaba haciendo lo correcto.
Esa navidad Merle adorno su casa, sonreía y miraba al canino echado en el sofá, preparo y una rica cena, en una silla sentó al perro y en otra silla ella, lloró y abrazo a su peludo amigo.
- Tenía tanto tiempo sola y mira como llegaste aquí
Alegre Bruno lamía las mejillas de su ama, muchas veces cuando creemos que los milagros no existen ocurren estás cosas y saber que un amigo oportuno llega cuando menos lo esperas.
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HÉCTOR NILA DORANTES
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MÉXICO A 19 DE NOVIEMBRE DEL 2023