En el norte peruano, específicamente en Chiclayo, se erige una estatua que representa al Dios Morrop de la Mitología Mochica. Este ser, conocido como el Hombre Iguana por los mochicas, era considerado una figura poderosa que facilitaba el tránsito de los difuntos y actuaba como mediador entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Según la mitología local, Morrop no solo cohabitaba con los seres humanos en cavernas subterráneas, sino que también les proporcionaba conocimientos y asistencia para mejorar la sociedad de la región. Esta figura reptiliana era venerada por su papel en la cultura mochica como un benefactor espiritual.
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La cultura pre-Inca, de nombre Mochica, en la costa norte de Perú fue muy fuerte y se estudia en los colegios con mucho interés por todas los maravillosos trabajos que se han podido recuperar.
Gracias por compartir el artículo, @Sage.
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Gracias a ti por venir a participar y aportar
Para que nos hacemos, Los Incas como toda Otra civilizacion tenia coontancto con los dioses reptiles, si no ciren a Quetzalcoatl, Kukulcan, Patanjali y muchos otros.
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