…En los círculos donde afrontamos lo que somos, escuchar es un milagro, y reivindico ese canto que es mío…(Janice Mirikitani)
Uno de los elementos transformadores que caracterizan los círculos de mujeres es la experiencia de disponer un tiempo sin prisas para girar nuestra mirada hacia dentro y conectar con lo que realmente estamos sintiendo y lo que necesitamos, en compañía de otras mujeres. Con la velocidad de nuestra sociedad y nuestra mirada casi permanentemente hacia fuera, es un bálsamo encontrar un espacio cálido en donde poder escucharnos a nosotras mismas y a la vez escuchar a lo que se mueve dentro de las demás. Muchas veces acudimos a un círculo en un momento de transición y cambios, cuando se despierta el anhelo de una conexión más profunda y autentica con una misma y con la vida. La propia forma del círculo acompaña ese viaje de introspección, a la vez que nos permite sentir la fuerza y el apoyo del grupo.
Ser parte de un círculo de mujeres puede ser una parte clave en nuestro camino de integración como mujer, un lugar en donde soltar máscaras, cargas y obligaciones y gozar cada vez más de ser nosotras mismas.
Cuando nos abrimos a este recuerdo colectivo, emerge dentro de la tribu una sabiduría natural que guía los pasos del grupo en esta reconexión con lo femenino ancestral.
Gracias a quienes son parte de mi aquelarre y aún a la distancia siempre están en ese círculo de mujeres maravillosas.
@Salomé @Florecita @Mariajuarez @ILOVETRIDY