En 1993, un pescador de Iquitos, Perú, fue fotografiado sosteniendo un Pirarucu, una de las especies de peces de agua dulce más grandes de la cuenca amazónica. Conocido también como arapaima, este impresionante pez vive en ríos y pantanos y necesita salir a la superficie cada 15 a 20 minutos para respirar, aunque puede permanecer bajo el agua hasta 40 minutos si está en peligro. Su papel en el ecosistema es vital, pero la presión de la pesca representa un gran desafío para su conservación.