En Japón, los investigadores descubrieron una forma sorprendentemente simple y ecológica de proteger a las vacas de las picaduras de insectos: pintándolas con rayas blancas y negras parecidas a una cebra. Su estudio encontró que este patrón puede reducir los aterrizajes de moscas en más de un 50%, especialmente alrededor de zonas sensibles como los talones.
Usaron pintura no tóxica en vacas negras y observaron que los animales a rayas experimentaron menos mordeduras y mostraron menos molestias: menos películas de cola, batidos de cabeza y otros movimientos defensivos. Este método no sólo es eficaz, sino que también ofrece una alternativa sostenible a los pesticidas químicos. Ayuda a proteger el ganado sin perjudicar su salud o el medio ambiente, convirtiéndolo en una solución de bajo costo y respetuosa con la naturaleza para mejorar el bienestar animal.