Esa será la lengua coloquial del porteño, definirán su personalidad

Sin quererlo, por gravitación de vocablos, el inmigrante proporciona también el lunfardo, un idioma lumpen, una mitología callejera, poblada de voces extranjeras, auténticas o tergiversadas por el uso, que entran por gracia o por el empeño de poseer un lenguaje propio y, con él, ser distintos de sus progenitores inmigrantes o de su pasado campero. Esa será la lengua coloquial del porteño, definirán su personalidad, su búsqueda de un país que le pertenezca por entero, su asunción de una identidad diferente. La mujer pasa a ser: la percanta, la mina, la grela, la naifa, etc.; el hombre el garabo, el punto, el cusifai, el gavión, el coso, el bacán, el sofaifa; la habitación: el bulín, el cotorro, el nido, la zapie; la cama: la catrera; el trabajo: el yugo, el laburo, el jotrabo. Y sigue la sucesión de palabras o sinónimos adosados a cada término legal o autorizado hasta completar un lenguaje de casi seis mil palabras. Estas incorporan al tango un idioma único, necesitado de traducción en cualquier lugar ajeno al gran Buenos Aires y gran parte del país.

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se dice ELOQUIAL SAGe, jojojojojojo