Flora Sanhueza nació en la región española en 1911 en una familia que abrazaba las ideas anarquistas. Llegó a Iquique (Chile) a los 7 años, es allí donde empieza a forjar sus ideales y su fortaleza de lucha.
A los 23 años (1935) vuelve a España para unirse a la guerrilla contra el fascista francisco franco donde formó parte de la COLUMNA DURRUTI.
Una vez vencido el fascismo en Barcelona, Flora se incorpora como miliciana a los grupos combatientes anarquistas, que acuden a liberar Zaragoza, ocupada por los fascistas. Como miliciana de la Columna Durruti, combate en los frentes de Aragón, Castilla y Madrid, hasta el día en que el gobierno de la República (luego de la traición marxista) intenta desplazar a las mujeres combatientes, para destinarlas como auxiliares en labores de retaguardia y, poco después, ordenar la disolución de las milicias obreras y anarquistas, tratando de incorporarlas al ejército regular. En ese momento, Flora, juntamente con otros muchxs de sus compañerxs, abandona el frente bélico,
y al parecer, estuvo con las mujeres que se opusieron a estar en la retaguardia en el frente de batalla. Flora sobrevivió a la guerra, y posteriormente estuvo exiliada en Francia, donde estuvo presa en los campos de concentración nazis.
Luego de su liberación y de la amarga derrota en España, vuelve a Chile en 1947.
Sin bajar los brazos forma comites solidarios para ayudar a lxs perseguidxs por el franquismo. También funda el ateneo y escuela anarquista “Luisa Michel” (en homenaje a la anarquista de la comuna de París) con mujeres tejedoras en Iquique.
En Chile en 1946 habia ganado el gobierno de gabriel gonzales videla apoyado por liberales y comunistas. Sin embargo videla los traiciona y coloca al partido comunista fuera de ley, y persigue a sus militantes, a revolucionarixs autónomxs y, por supuesto, a los grupos anarquistas. En ese contexto, es detenida. A pesar de la represión el ateneo libertario resiste y perdura hasta 1957.