Cuando Samuel Stokes dejó Filadelfia en 1904 para viajar a la India, nadie imaginó que jamás volvería. Tenía solo 22 años, una educación sólida y un futuro cómodo esperándolo en casa. Pero eligió otro camino: uno empedrado de ideales, raíces nuevas y cosechas que cambiarían una región para siempre.
Stokes llegó como voluntario, dispuesto a ayudar en un ashram para leprosos. Pero pronto comprendió que la verdadera ayuda no venía de arriba, sino de integrarse, de hacerse uno con la tierra y su gente. Aprendió sánscrito. Se vistió con khadi. Se casó con una mujer india. Se hizo hindú. Y adoptó un nuevo nombre: Satyanand.
Fue más que un extranjero solidario: se convirtió en activista, aliado de Gandhi en el Movimiento de No Cooperación. Fue arrestado por sedición y encarcelado durante seis meses en Lahore, convirtiéndose en el único estadounidense preso durante la lucha por la independencia de la India.
Pero su legado no termina ahí. En las colinas de Himachal Pradesh, vio una tierra fértil pero empobrecida. Entonces trajo esquejes de manzana desde América, enseñó a los agricultores a cultivarlas, y sembró no solo árboles… sino esperanza. Las manzanas de Himachal, orgullo del estado, tienen sus raíces en ese gesto silencioso de amor y visión.
Samuel Stokes murió en 1946, y sus cenizas reposan en esas mismas colinas que adoptó como patria. Su historia quedó en gran parte olvidada, hasta que su nieta, Asha Sharma, escribió su biografía: Un americano en Khadi.
La próxima vez que muerdas una manzana de Himachal, detente un momento.
Piensa en el joven que cruzó un océano… y terminó sembrando historia.
VíaDatos históricos
