Solo tenía dos pares de jeans, nunca se casó ni tuvo hijos, pero dejó una herencia que cambió 33 vidas para siempre.
Dale Schroeder fue un carpintero de Iowa, en Estados Unidos, que trabajó 67 años en la misma empresa. Llevaba una vida sencilla: un par de jeans para el trabajo y otro para la iglesia, y nunca gastaba de más. Al contrario, fue guardando cada dólar en silencio, sin que nadie sospechara lo que estaba planeando.
No tuvo esposa ni hijos, pero cuando se fue de este mundo en 2005, a los 86 años, salió a la luz su secreto. Resulta que durante todo ese tiempo había acumulado casi 3 millones de dólares y en su testamento dejó indicado que ese dinero debía servir para ayudar a jóvenes de pueblos pequeños de Iowa que no podían pagar la universidad.
Gracias a su herencia, 33 estudiantes lograron graduarse. Hoy son médicos, maestros, ingenieros y terapeutas que se hacen llamar “Los hijos de Dale”. Incluso el último beneficiario, en 2019, recibió los 80,000 dólares finales del fondo y se graduó como terapeuta. Así, la vida sencilla de un carpintero terminó cambiando destinos enteros.
