UN DÍA SIN EL SANTO ROSARIO ES COMO UN DÍA SIN AGUA; HIDRATA TU ALMA, RÉZALO
Así como el cuerpo no puede pasar mucho tiempo sin agua,
el alma no debería pasar un solo día sin el Santo Rosario.
Es el alimento que fortalece, la oración que purifica, la súplica que nos une a María y nos conduce a Jesús.
Cada Ave María es como una gota que refresca el corazón reseco por las preocupaciones,
el pecado o la tristeza.
¿Tienes cinco, diez o quince minutos? Dedícaselos al Rosario.
No lo veas como una carga,
sino como un oasis.
Tu alma lo necesita más de lo que crees.