Ella no persigue delincuentes. No dispara armas. No viste uniforme.
Pero Lois Gibson ha sido clave en la captura de más de 750 criminales. Su herramienta: un lápiz. Su don: la precisión. Su campo de batalla: la mente de las víctimas.
Tras sobrevivir a una brutal agresión cuando era joven, Lois juró que haría algo para que otras personas no tuvieran que pasar por lo mismo. Se convirtió en artista forense, y su habilidad para traducir el recuerdo borroso de un rostro en un retrato exacto la convirtió en leyenda.
Su trabajo ha llevado a la identificación de asesinos, violadores y delincuentes que la justicia no podía alcanzar. Hoy, el Libro Guinness de los Récords la reconoce como la artista forense más eficaz del mundo.
Y aún sigue dibujando. Porque cada rostro que traza… es una posibilidad más de justicia.
Nunca subestimes el poder de un lápiz en las manos adecuadas.