Hoy, la farmacia “Bajo el Águila” es un museo que honra su memoria y la de quienes resistieron.

El farmacéutico que desafió a los nazis desde el corazón del gueto

En 1939, cuando los nazis ocuparon Cracovia, Tadeusz Pankiewicz era solo un farmacéutico más. Pero el destino lo colocó en un lugar crucial: su farmacia, llamada “Bajo el Águila”, estaba ubicada justo en la zona que, en 1941, se convirtió en el gueto judío de la ciudad.

Los nazis ordenaron que todos los negocios no judíos abandonaran la zona. Pero Tadeusz logró convencerlos de que lo dejaran quedarse.

Lo que hizo después fue un acto de valentía diaria.

Él y sus empleados fueron los únicos no judíos que permanecieron dentro del gueto, rodeados por más de 15.000 personas condenadas por el régimen nazi. Pankiewicz, movido por su compasión y sentido de justicia, convirtió su farmacia en un refugio clandestino y un centro de ayuda humanitaria.

Distribuía medicamentos y tranquilizantes para ayudar a ocultar a los niños durante las redadas. Entregaba tintes para el cabello a quienes intentaban escapar. Advertía sobre las redadas de la Gestapo. Permitía que su farmacia se usara como punto de encuentro, refugio y escondite.

En marzo de 1943, el gueto de Cracovia fue destruido. Miles fueron deportados a Belzec y Auschwitz. Cracovia fue declarada “Judenfrei”, “libre de judíos”.

Pero en el sótano de su farmacia, Tadeusz guardaba un secreto: había escondido rollos de la Torá y objetos religiosos sagrados, con la esperanza de que algún día pudieran ser devueltos a sus verdaderos dueños.

Tadeusz Pankiewicz no tuvo armas. Solo convicción. Y un lugar desde donde resistir: su farmacia.

Hoy, la farmacia “Bajo el Águila” es un museo que honra su memoria y la de quienes resistieron.