LEYENDA DEL ROMERO
Dicen que cuando la sagrada familia huyó a Egipto con María llevando en sus brazos al niño Jesús, las flores del camino se iban abriendo a medida que pasaban por ellas.
El Lila alzó sus ramas orgullosos y emplumados, .
El Lirio abrió su cáliz.
El Romero, sin pétalos ni belleza entristeció, lamentando no poder complacer al niño.
Cansada, María se detuvo al borde del río y mientras el niño dormía, lavó su ropa pequeña.
A continuación miró alrededor, buscando un lugar para extenderlas.
-El lirio quebrará con el peso y el lila es demasiado alto- pensó.
Las puso entonces sobre el romero y él suspiró de alegría, agradeció de corazón la nueva oportunidad y las mantuvo al sol durante toda la mañana.
¡Gracias, amable romero! Dijo María, -de aquí en adelante ostentarás flores azules para recordar el color del manto que estoy usando… Y no son sólo flores las que te doy en agradecimiento, pues todas las ramas que han sostenido la ropa del pequeño Jesús serán aromáticas.
-Bendigo hoja, tallo y flor, que a partir de este instante tendrán el aroma de santidad y aportarán alegría.
Esta hermosa planta, al tocar sus hojas…
Su olor te lleva a lo más profundo de tu memoria…
Es antiséptico, antiespasmódico, aromatizante, depurativo, ayuda a la digestión, diurético, útil contra la caspa y caída del cabello.
Además, puedes sahumar tu casa para limpiar energías negativas, y con unas tres ramas de Romero se limpia el cuerpo pasándolas al ras, y golpeando en las articulaciones elimina el dolor y expulsa la energía tóxica .