Lucrecia Borgia, una de las mujeres más famosas y controvertidas de todos los tiempos, nació el 18 de abril de 1480. Era hija ilegítima de un papa, Alejandro VI, cuyo verdadero nombre era Rodrigo Borgia. A lo largo de su vida, Lucrecia se casó tres veces: la primera a los 13 años y la segunda a los 18, tras la anulación de su primer matrimonio. Su segundo marido fue Alfonso de Aragón, quien fue asesinado poco después de la boda por su hermano César Borgia.
El tercer esposo de Lucrecia fue Alfonso de Este, duque de Ferrara. Lucrecia vivió en la ciudad de su marido durante 17 años, a partir de 1502, y allí fue amada por sus súbditos y rodeada de los poetas de la corte, entre ellos Pietro Bembo, un erudito humanista que quedó profundamente enamorado de ella. Bembo había oído hablar de esta aristócrata inteligente, encantadora y amable, pero fue su belleza y su larga melena rubia lo que realmente lo cautivó. Le dedicó la obra “Gli asolani”, y desde entonces, ambos compartieron un sentimiento clandestino.
La peste los separó, pero se intercambiaron intensas cartas durante 16 años, algunas de las más bellas cartas de amor que aún se conservan. Junto a ellas, Lucrecia le envió un mechón de su cabello rubio, para que él pudiera seguir acariciándola en su pensamiento.
Lucrecia murió a los 39 años, tras dar a luz a su última hija, y fue enterrada en el monasterio del Corpus Domini de Ferrara, donde aún hoy descansa. Tenía fama de ser muy bella, pero también se la describía como despreocupada y despiadada, similar a su hermano. De hecho, pasó a la historia como una devoradora de hombres y envenenadora, supuestamente por el uso de un veneno mortal llamado cantarella, que ella y la familia Borgia utilizaban para eliminar a sus enemigos, vertiéndolo en las bebidas o comidas de otras personas.
Hoy en día, sabemos que muchas de estas historias son probablemente fruto de la calumnia y la imaginación popular. Sin embargo, gracias a estas narrativas, los Borgia han conseguido la inmortalidad en el imaginario colectivo.
Abajo, Lucrecia Borgia vista por Milo Manara.