Mirar lo que otros no han mirado.
Afortunado quien te vea como una maravilla. Pero aún más quien sabiendo que no lo eres te vea como si fueras magia y te trate como si tocara el paraíso. Que un segundo junto a ti valga mucho más que todo el oro del mundo y que ninguna presencia se asemeje a la alegría que provocas en su corazón. Afortunado quien te sepa imperfecta y te ame con todos tus defectos. Afortunado por quererte como eres y no por lo que imagina que eres. Por no cambiarte ni modificar tu persona ni desear que seas diferente a lo que anhela, que ame tu existencia sin medida. Que vea en ti al más hermoso dilema o enigma. Y afortunados ambos por encontrarse y mirarse de la misma manera.
-Joseph Kapone
(Cuaderno de notas, 1996-2016)
