Señor mío y Dios mío, en esta mañana de domingo me postro espiritualmente ante Ti para adorarte y darte gracias por el don de un nuevo día.
Gracias por regalarme la luz, el aliento, y la oportunidad de caminar una vez más contigo.
Santifica este domingo con tu presencia, aparta de mí toda distracción y abre mi corazón para encontrarte en la oración y en la Eucaristía.
Que mi alma no olvide que hoy es el día del Señor,
el día para escucharte, alabarte y descansar en Ti.
Guíame con tu Espíritu, protégeme de todo mal y concédeme la gracia de vivir este día con fe, alegría y confianza
Amén