■ Postales fantásticas desde la Inteligencia Artificial (Azteca, Maya, Olmeca.) ■

Creditos
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Inteligencia Artificial

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Tlahuicole fue un valiente guerrero otomí que nació en el altépetl de Tizatlán, uno de los cuatro señoríos que formaban la república de Tlaxcala, en el siglo XVI.

LOS SECRETOS DEL CODICE DRESDE. El Manuscrito que Desentrañó los Enigmas del Cosmos Maya

El Códice de Dresde es una de las reliquias más fascinantes de la civilización maya. Este antiguo manuscrito, creado con papel de corteza y cubierto con estuco para proporcionar una superficie lisa, es un testamento de los avanzados conocimientos astronómicos y matemáticos de los mayas.

Ficción

Zintlixi el colibrí que quiso ser jaguar

Hace mucho tiempo, en una tierra lejana, vivía un colibrí que se llamaba Zintlixi. Él era un colibrí muy especial, pues él sentía que tenía el corazón de un jaguar. Desde pequeño, admiraba a los jaguares que reinaban en la selva, y soñaba con ser uno de ellos. Quería tener su fuerza, su velocidad, su rugido y su majestuosidad.

El mundo nuestro

Tuya es la luna que le recitaba,
mis versos a la llegada del ocaso.

Mío es el sol que veo el brillo
de tu alma reflejada en su luz.

Mía es la primavera que lleva
el aroma de tus besos en los
pétalos de cada flor.

Mío es el océano que lleva en sus
olas las melodías de tu dulce voz.

Tuyo es mi corazón cuál atrapaste
con la ternura de tu mirada.

Diseño de imagen con IA. (P.A.R)

Leyenda

El nacimiento de Huitzilopochtli

Cuando los aztecas vivían bajo el dominio de los toltecas, un pueblo poderoso y cruel que los oprimía y les exigía tributos. Los aztecas anhelaban la libertad, pero no tenían fuerzas para rebelarse.

Un día, una joven princesa azteca llamada Coatlicue fue al templo de Huitzilopochtli, el dios de la guerra, a pedirle ayuda. Ella le ofreció su corazón como ofrenda, y el dios la escuchó. Él le dijo que estaba dispuesto a ayudar a su pueblo, pero que para ello necesitaba nacer como un hombre. Le dijo que él sería su hijo, y que ella debía guardar el secreto.

Coatlicue quedó embarazada por obra del dios, y pronto su vientre creció. Sus hermanos, los Centzon Huitznahua, se enteraron de su estado y se enfurecieron. Ellos pensaron que ella había deshonrado a su familia, y decidieron matarla. Junto con su hermana Coyolxauhqui, la diosa de la luna, marcharon hacia el templo donde estaba Coatlicue.

Pero Huitzilopochtli, desde el vientre de su madre, se dio cuenta del peligro. Él le ordenó a Coatlicue que se preparara para el combate, y le dio una lanza-serpiente llamada Xiuhcoatl. Luego, él salió del vientre de su madre, ya armado y vestido como un guerrero. Él se enfrentó a sus hermanos y a su tía, y los derrotó a todos. Cortó la cabeza de Coyolxauhqui, y la lanzó al cielo, donde se convirtió en la luna. A los Centzon Huitznahua, los persiguió hasta el sur, donde se transformaron en estrellas.

Así, Huitzilopochtli salvó a su madre y a su pueblo, y se convirtió en el dios del sol y del fuego. Él les prometió a los aztecas que los guiaría hacia la tierra prometida, donde fundarían una gran ciudad. Les dijo que debían buscar una señal: un águila posada sobre un nopal, devorando una serpiente. Y así fue como los aztecas encontraron Tenochtitlán, la capital de su imperio.

Diseño de imagen con IA. (P.A.R)

Representación de chimalmatl ( manos de escudo)

Según la tradición Xochimilcayotl, es la madre del glorioso emperador tolteca ce acatl topiltzin Quetzalcoatl,

Cuenta la leyenda, que cuando Mixcoatl,( serpiente de nubes, uno de los hijos de Coatlicue,)

Llegó al valle de Anáhuac,se encontró con esta mujer,el guerrero, que tenía planeado invadir el señorío, decidió dispararle una flecha, pues lo había descubierto,

Se cuenta que ella detuvo las flechas con sus manos, entonces,al verse derrotado,se dió la medía vuelta,

Tiempo después volvió al pueblo, pero solo para tomar por esposa a aquella mujer que parecía protegida por camaxtli ( dios de la caza y la guerra)

De aquella unión nació el joven ce acatl, lamentablemente, ella murió durante el parto,el cuál duró supuestamente 4 días,

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El último lamento

En cuantos pétalos derramé mis lágrimas añorando, tu regreso, cuantas heridas guardan mis manos por cultivar rosas para los jardines que tanto amabas, páginas sin fin, en donde plasmé en cada letra lo que dictaba mi corazón para ti.

En cuántas lunas llenas lloré tu ausencia, suplicando a los cuatro vientos que llevarán a tu alma las tristezas de la mía; por no tener el perfume de tu piel en los aposentos de mis labios.

El alba se oscureció con los suspiros eternos de mis sufrimientos, por no tener el calor de tu tierna mirada, con el poco aliento que me queda, le gritaré a la luna, el último lamento para que quede grabado en su luz; mi amor eterno por ti.

Que cada estrella te recuerde la pasión de mis besos, y los aullidos de los lobos te pronuncien mi nombre, en la llegada del ocaso.

Diseño de imagen con IA. (P.A.R) L.E.P

¿Qué pasó con el tesoro de Moctezuma?

Fue un 8 de noviembre de 1519 cuando, en Tenochtitlan, se dió uno de los encuentros con mayor peso de nuestra historia: Moctezuma, tlatoani de la flamante capital mexica y Cortés, un capitán rebelde al mando de un improvisado ejército de españoles y cientos de aliados nativos, se vieron por primera vez.

El lujo que rodeaba a Moctezuma encendió seguramente la ambición de Cortés: estaban seguros que aquello que había visto en el primer encuentro era solo una muestra de la incalculable riqueza del emperador, y así lo describe Cortés en su “Segunda carta de relación”:

“Pasada esta puente, nos salió a recibir aquel señor Mutezuma con hasta doscientos señores, todos descalzos y vestidos de otra librea o manera de ropa asimismo bien rica a su uso, y más que la de los otros, y venían en dos procesiones muy arrimados a las paredes de a calle, que es muy ancha y muy hermosa…”.

Bernal Díaz del Castillo (“Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”) también con lujo de detalles lo que vieron sus ojos:

“Ya que llegamos cerca de México, adonde estaban otras torrecillas, se apeó el gran Montezuma de las andas, y trayéndole del brazo aquellos grandes caciques, debajo de un palio muy riquísimo a maravilla, y la color de plumas verdes con grandes labores de oro, con mucha argentería y perlas y piedras chalchivis, que colgaban de unas como bordaduras, que hubo mucho que mirar en ello.

Y el gran Montezuma venía muy ricamente ataviado, según su usanza, y traía calzados unos como cotaras, que ansí se dice lo que se calzan; las suelas de oro y muy preciada pedrería por encima de ellas…”.

Ambos fragmentos describen a un Moctezuma colmado de lujos, desde la manera en la que era atendido por sus sirvientes hasta su forma de vestir, que incluía desde espectaculares penachos hasta calzado con suela de oro. Los españoles no habían presenciado semejante exuberancia ni en los monarcas europeos, por lo que de inmediato comenzaron a sospechar la existencia de un gran tesoro.

Una vez concluído este primer encuentro, y después de entrevistarse ambos personajes, Moctezuma hospedó a Cortés y a sus hombres principales en uno de los templos más lujosos de la capital mexica, aquel que había pertenecido a su padre Axayácatl, sexto tlatoani de Tenochtitlan.

Una vez instalados y a solas, los españoles comenzaron a inspeccionar el palacio, algo que no les correspondía en su calidad de invitados, pero que como invasores tenían por objetivo. Una vez más, la “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España” nos relata lo que encontraron:

“…nos llevaron a aposentar a unas grandes casas donde había aposentos para todos nosotros, que habían sido de su padre el gran Montezuma, que se decía Axayaca, adonde en aquella sazón tenía el Montezuma sus grandes adoratorios de ídolos e tenía una recamara muy secreta de piezas y joyas de oro, que era como tesoro de lo que había heredado de su padre Axayaca…

…secretamente se abrió la puerta: y cuando fue abierta, Cortés con ciertos capitanes entraron primero dentro, y vieron tanto número de joyas de oro y planchas, y tejuelos muchos, y piedras de chalchihuites y otras grandes riquezas, y luego lo supimos entre todos los demás capitanes y soldados, y lo entramos a ver…”.

Por su parte, la “Segunda Carta de Relación” da cuenta de las atenciones que Moctezuma tuvo con Cortés, pues además de alojarlos les dio una serie de regalos:

“Y dende a poco rato, ya que toda la gente de mi compañía estaba aposentada, volvió con muchas y diversas joyas de oro y plata, y plumajes, y con hasta cinco o seis mil piezas de ropa de algodón, muy ricas y de diversas maneras tejidas y labradas…”.

Todo esto fue para los españoles una invitación a saquear por completo la ciudad, pues estaban seguros de que escondía un tesoro formidable. Su ambición creció aún más cuando visitaron el palacio de Moctezuma, que era aún mayor en lujo y riqueza como lo describe la “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”

“…tenía Montezuma dos casas llenas de todo género de armas y muchas dellas ricas, con oro y pedrería, donde eran rodelas grandes y chicas, y unas como macanas, y otras a manera despadas de a dos manos, engastadas en ellas unas navajas de pedernal, que cortan muy mejor que nuestras espadas, e otras lanzas más largas que no las nuestras, con una braza de cuchilla, engastadas en ellas muchas navajas, que aunque den con ellas en un broquel o rodela no saltan, e cortan, en fin, como navajas, que se rapan con ellas las cabezas; y tenía muy buenos arcos y flechas, y varas de a dos gajos, y otras de a uno, con sus tiraderas, y muchas hondas y piedras rollizas hechas a mano, y unos como paveses que son arte que las pueden arrollar arriba,cuando no pelean, porque no les estorbe, y al tiempo de pelear, cuando son menester, las dejan caer e quedan cubiertos sus cuerpos de arriba a abajo. También tenía muchas armas de algodón colchadas y ricamente labradas por de fuera de plumas de muchos colores a manera de divisas e invinciones, y tenían otros como capacetes y cascos de madera y de hueso, también muy labrados de pluma por de fuera y tenían otras armas de otras hechuras que por excusar prolijidad lo dejo de decir…”.

Si, leíste bien, el cronista habla de dos casas repletas de éstas y otras armas de ornamento, es decir, ricamente decoradas como parte de una colección privada de Moctezuma.Todo esto alimentó la idea de un tesoro oculto en la ciudad, pues para los españoles un monarca siempre guardaba lo mejor de su patrimonio en salas secretas. Así que se dieron a la tarea de buscarlo, destruyendo uno por uno los edificios que se encontraban en Tenochtitlan.

Seguramente los soldados españoles robaron las mejores piezas para quedárselas, en lugar de enviarselas a su rey. Es muy probable que las hayan vendido en el mercado negro, pues sería impensable que aquellas piezas de gran valor fueran quemadas o destruidas.

Si hubo o no un tesoro secreto de Moctezuma es algo que nunca sabremos, pero de lo registrado en las crónicas españolas sí se puede inferir que había un tesoro de gran valor que en estos tiempos tendría un valor incalculable.

Autor Xiu

El ajolote mexicano

De color negro o marrón moteado, albino o blanco, el ajolote mexicano conserva su aleta dorsal de renacuajo que se extiende casi por todo su cuerpo que mide de 15 y hasta 30 centímetros de longitud, y sus branquias externas en forma de plumas sobresalen de la parte trasera de su ancha cabeza

Moctezuma Xocoyotzin fue el noveno emperador de los mexicas, que gobernó desde 1502 hasta 1520. Su nombre significa “el que se enoja como señor”, y también se le conoce como Moctezuma II. Fue gran tlatoani de México-Tenochtitlán, la capital del imperio azteca, que se extendía desde Guatemala hasta el sur de Tamaulipas.

Moctezuma nació alrededor de 1466, hijo de Axayácatl y sobrino de Ahuízotl, sus antecesores en el trono. Desde joven se destacó como guerrero y sacerdote, participando en varias campañas militares y llegando a ser el sumo sacerdote de Huitzilopochtli, el dios de la guerra y principal deidad de los mexicas. También era un experto en la lectura de los códices antiguos, que le revelaban la historia y el destino de su pueblo.

Cuando asumió el poder, Moctezuma continuó con la política expansionista de sus predecesores, conquistando nuevos territorios y sometiendo a los pueblos tributarios. Bajo su mandato, el imperio azteca alcanzó su máximo esplendor, tanto en lo político, como en lo económico, social y cultural. Moctezuma era un gobernante autoritario y exigente, pero también generoso y protector con sus súbditos. Fomentó el desarrollo de las ciudades, el comercio, la educación, las artes y las ciencias. Construyó y embelleció numerosos edificios, templos, palacios y jardines. Apoyó a los poetas y a los artistas, y él mismo compuso algunas canciones de amor en lengua náhuatl.

Sin embargo, su reinado también estuvo marcado por las señales de mal augurio, que anunciaban el fin de su imperio. Moctezuma era un hombre supersticioso y temeroso de los dioses, que interpretaba los fenómenos naturales y los sueños como presagios de desgracia. Algunas de las señales que le inquietaron fueron: el incendio del templo de Huitzilopochtli, el desbordamiento del lago de Texcoco, el avistamiento de un cometa, el nacimiento de un niño de dos cabezas, y la aparición de una mujer llorando por las noches.

Estas señales se cumplieron cuando en 1519 llegaron a las costas de Veracruz los primeros españoles, encabezados por Hernán Cortés. Moctezuma, al tener noticia de su llegada, pensó que se trataba del retorno de Quetzalcóatl, el dios creador que había prometido volver del oriente. Por eso, les envió embajadores y regalos, y les invitó a visitar su ciudad. Sin embargo, los españoles venían con intenciones de conquista y saqueo, y contaban con el apoyo de algunos pueblos indígenas, como los tlaxcaltecas, que odiaban a los mexicas.

El 8 de noviembre de 1519, Moctezuma recibió a Cortés y a sus hombres con gran solemnidad, mostrándoles más sumisión que hospitalidad. Los alojó en el palacio de su padre, Axayácatl, y les permitió visitar el templo mayor. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que los españoles no eran dioses, sino hombres codiciosos y violentos, que querían imponer su religión y su dominio. Cortés, aprovechando la confianza de Moctezuma, lo hizo prisionero en su propio palacio, y lo obligó a entregarle grandes cantidades de oro y plata, y a reconocer al rey de España como su señor.

Mientras tanto, los mexicas se rebelaron contra los invasores, y los atacaron con furia. Moctezuma, desde su cautiverio, intentó calmar a su pueblo, pero fue rechazado e insultado. Algunas versiones dicen que murió apedreado por los suyos, otras que fue asesinado por los españoles. Lo cierto es que falleció el 29 de junio de 1520, a los 54 años de edad. Su cuerpo fue entregado a sus parientes, que lo cremaron según su costumbre.

Con la muerte de Moctezuma, se inició la caída del imperio azteca, que fue finalmente conquistado por los españoles y sus aliados indígenas en 1521, tras un largo y sangriento sitio a la ciudad de México-Tenochtitlán.

:shield: Los Formidables Guerreros Aztecas: Guardianes del Imperio Anahuac :bow_and_arrow:

¿Quiénes fueron los valientes guerreros aztecas y qué papel desempeñaron en la historia de Mesoamérica?

Los guerreros aztecas, también conocidos como los Caballeros Águila y los Caballeros Jaguar, eran una élite militar temida y respetada en el antiguo imperio de los aztecas. Estos guerreros eran la columna vertebral del ejército azteca y desempeñaron un papel crucial en la expansión y defensa del imperio, así como en la realización de sacrificios ceremoniales.

Entrenados desde una edad temprana en las artes de la guerra, los jóvenes aztecas pasaban por rigurosos programas de entrenamiento físico y mental. Aprendían el manejo de armas como el macuahuitl, una espada de madera incrustada con cuchillas de obsidiana, y el atlátl, una lanza lanzadora. Además, se les enseñaba tácticas de combate, estrategias militares y disciplina en el campo de batalla.

Los guerreros aztecas se distinguían por su valentía y destreza en el combate, así como por su devoción a los dioses. Creían que la captura de prisioneros en la batalla era fundamental para mantener el equilibrio cósmico y asegurar la continuación del universo. Estos prisioneros eran sacrificados en ceremonias religiosas para apaciguar a los dioses y garantizar la prosperidad del imperio.

Además de su papel en la guerra, los guerreros aztecas también desempeñaban funciones ceremoniales y políticas dentro de la sociedad azteca. Muchos de ellos servían como escoltas de los nobles, guardianes de los templos y ejecutores de la ley.

A pesar de su renombre como guerreros formidables, los aztecas también eran conocidos por su compleja sociedad y su rica cultura. Valoraban el arte, la poesía y la música, y su legado perdura en las magníficas obras arquitectónicas y artísticas que dejaron atrás.

Los grandes guerreros aztecas fueron verdaderos guardianes del imperio Anahuac, defendiendo sus tierras y sus tradiciones con coraje y honor. Su legado perdura como testamento de la grandeza y la complejidad de la civilización Azteca
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¿Quién Fue Moctezuma II, el Emperador Azteca? :sunrise_over_mountains:

En la vasta narrativa de la historia de México, emerge la figura imponente de Moctezuma II, un emperador cuyo reinado dejó una marca indeleble en la civilización mesoamericana. Su ascenso al trono en 1502, sucediendo a su tío Ahuitzotl, marcó un punto de inflexión en el destino del imperio azteca. Desde su palacio en la grandiosa Tenochtitlán, Moctezuma gobernó sobre un vasto imperio que se extendía desde el océano Pacífico hasta el golfo de México, una tierra de riqueza y diversidad cultural.

Durante su reinado, Tenochtitlán floreció como nunca antes, convirtiéndose en el epicentro de la civilización azteca y una de las ciudades más grandes y avanzadas de su época. Bajo el liderazgo de Moctezuma, la ciudad se expandió con majestuosos templos, intrincadas calzadas y elaborados sistemas de irrigación, testimonios de una civilización próspera y visionaria.

El emperador Moctezuma no solo fue un gobernante poderoso, sino también un patrocinador de las artes y la cultura. Promovió el desarrollo de la arquitectura, la escultura y la poesía, enriqueciendo el patrimonio cultural de su pueblo y estableciendo una tradición de excelencia artística que perduraría por siglos.

Sin embargo, el reinado de Moctezuma estuvo marcado por desafíos y adversidades, siendo uno de los más significativos el encuentro con los conquistadores españoles en 1519. La llegada de Hernán Cortés y sus hombres a las costas de Veracruz desató una serie de eventos que sacudieron los cimientos del imperio azteca. Moctezuma recibió a los españoles con cautela, creyendo que podrían ser el retorno del dios Quetzalcóatl, una profecía que sembró la incertidumbre y la intriga en Tenochtitlán.

La relación entre Moctezuma y los conquistadores españoles fue compleja y tumultuosa. A medida que avanzaban los acontecimientos, la confianza mutua se erosionaba y la tensión crecía, culminando en un enfrentamiento violento que resultaría en el cautiverio de Moctezuma y el eventual colapso del imperio azteca.

La figura de Moctezuma II sigue siendo objeto de fascinación y debate entre historiadores y arqueólogos. Su legado, tanto en términos de logros culturales como de los desafíos que enfrentó, sigue siendo relevante para comprender la rica historia de México y su patrimonio cultural. La historia de Moctezuma es un recordatorio de la complejidad y la profundidad de la experiencia humana, un relato de poder, intriga y resistencia en el corazón de la América precolombina.