Que dificil…ত✿ত✿ত

Qué difícil es mirar a los ojos a alguien y decirle «Te amo»…
todos los días…

Qué difícil encontrar que la vida tal y como es, es maravillosa…
y no renegar de aquello que no tenemos…

Qué difícil volver atrás y recordar todo lo bello que ha pasado…
pero sólo tomarlo como un recuerdo de lo bello que está por ocurrirnos…

Qué difícil es decirle adiós a alguien que ya no está contigo…
pero si no lo haces su recuerdo lo mantendrá más alejado de tí…

Qué difícil aceptar que a veces nos equivocamos…
es la señal inequívoca de que aún somos humanos…

Qué difícil amar sin condiciones y no esperar que te amen de la misma manera… ya que sólo el verdadero amor se da sin esperar nada a cambio…

Qué difícil recordar todo aquello que no hicimos por «falta de tiempo»… habrá que entender que la vida es hoy. El tiempo… el tiempo puede esperar…

Qué difícil mirar a tu alrededor y ver sólo unos cuantos cercanos a tí…
y ver qué hermoso es que tengas gente que te aprecia y te quiere…

Es triste mirar dentro del espejo del alma y descubrir que esta vacío…
pero que una sola sonrisa o palabra puede llenar ese vacío de amor…

Qué difícil imaginar esa «Vida perfecta» que a todos nos gustaría tener… cuando la realidad es que vivimos una perfecta vida desde el momento mismo en que el día de hoy te levantaste…¡VIVO!

No se trata de que las cosas sean difíciles… somos nosotros mismos los que lo hacemos más duro.

Desconozco su autor

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Me parece que la primera cosa que tendríamos que enseñar a todo hombre que llega a la adolescencia es que los humanos no nacemos felices ni infelices, sino que aprendemos a ser una cosa u otra y que, en una gran parte, depende de nuestra elección el que nos llegue la felicidad o la desgracia. Que no es cierto, como muchos piensan, que la dicha pueda encontrarse como se encuentra por la calle una moneda o que pueda tocar como una lotería, sino que es algo que se construye, ladrillo a ladrillo, como una casa.

Habría también que enseñarles que la felicidad nunca es completa en este mundo, pero que, aun así, hay raciones más que suficientes de alegría para llenar una vida de jugo y de entusiasmo y que una de las claves está precisamente en no renunciar o ignorar los trozos de felicidad que poseemos por pasarse la vida soñando o esperando la felicidad entera.

Sería también necesario decirles que no hay «recetas» para la felicidad, porque, en primer lugar, no hay una sola, sino muchas felicidades y que cada hombre debe construir la suya, que puede ser muy diferente de la de sus vecinos. Y porque, en segundo lugar, una de las claves para ser felices está en descubrir «qué» clase de felicidad es la mía propia.

Añadir después que, aunque no haya recetas infalibles, sí hay una serie de caminos por los que, con certeza, se puede caminar hacia ella. A mí se me ocurren, así de repente, unos cuantos:

- Valorar y reforzar las fuerzas positivas de nuestra alma. Descubrir y disfrutar de todo lo bueno que tenemos. No tener que esperar a encontramos con un ciego para enterarnos de lo hermosos e importantes que son nuestros ojos.

- Asumir después serenamente las partes negativas o deficitarias de nuestra existencia.

- Vivir abiertos hacia el prójimo. Pensar que es preferible que nos engañen cuatro o cinco veces en la vida que pasarnos la vida desconfiando de los demás.

- Tener un gran ideal, algo que centre nuestra existencia y hacia lo que dirigir lo mejor de nuestras energías.

- Creer descaradamente en el bien. Tener confianza en que a la larga -y a veces muy a la larga- terminará siempre por imponerse.

- En el amor, preocuparse más por amar que por ser amados.

- Elegir, si se puede, un trabajo que nos guste. Y si esto es imposible, tratar de amar el trabajo que tenemos.

- Revisar constantemente nuestras escalas de valores. Cuidar de que el dinero no se apodera de nuestro corazón, pues es un ídolo difícil de arrancar de el cuando nos ha hecho sus esclavos.

- Descubrir que Dios es alegre.

- Procurar sonreír con ganas o sin ellas.

La lista podría ser más larga. Pero creo que, tal vez, esas pocas lecciones podrían servir para iniciar el estudio de la asignatura más importante de nuestra carrera de hombres: la construcción de la felicidad.

Autor: Padre José Luis Martín Descalzo

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¿DESGRACIA O BENDICIÓN?

En un pequeño pueblo vivía un anciano con su hijo de 17 años. Un día, el único caballo blanco con que trabajaba saltó la reja y se fue con varios caballos salvajes. La gente del pueblo murmuraba: ¡Qué desgracia la suya, Don Cipriano!, y él, tranquilo, contestaba: “Quizás una desgracia o quizás una bendición”.

Días después, el caballo blanco volvió junto a un hermoso caballo salvaje, y la gente saludaba al anciano diciéndole: ¡Qué bendición!, a lo que Don Cipriano replicaba: “Quizás una desgracia o quizás una bendición”.

A los pocos días, el hijo adolescente, mientras montaba el caballo salvaje para domarlo, fue derribado y se fracturó una pierna, a raíz de lo cual empezó a cojear, y la gente le decía al anciano; ¡Qué desgracia la suya, buen hombre!, a lo que él replicaba: “Quizás una desgracia o quizás una bendición”.

Días después se inició una guerra y todos los jóvenes del pueblo fueron llevados al frente de batalla, pero a su hijo no lo llevaron por su cojera, y toda la gente del pueblo saludaba al anciano y le comentaba: ¡Qué bendición la suya, Don Cipriano!. Y él, con su fe inquebrantable, contestó una vez más diciendo: “Sólo Dios lo sabe, quizás sea una bendición o quizás una desgracia”.

Efectivamente, sólo Dios sabe, y Él nunca se equivoca.

Decime si esto no está buenísimo!!!…

Un grupo de amigas cuarentonas deciden reunirse para cenar en un restaurante. Finalmente decidieron reunirse en el restaurante “Vista al Mar” porque el mesero era un joven muy sexi y lucía camisetas pegaditas.

Diez años más tarde, cuando ya tenían cincuenta años, se reunieron para decidir dónde ir a cenar y finalmente escogieron el restaurante “Vista al Mar” porque la comida era especial, baja en grasas y porque tenía muy buena selección de vinos.

Diez años más tarde, cuando cumplieron los sesenta, se reunieron nuevamente para decidir dónde ir a cenar y escogieron nuevamente el restaurante “Vista al Mar” porque podían comer en un sitio tranquilo y silencioso y con una bella vista al mar.

Diez años después y cuando el grupo andaba por los setentas años de edad, se reunieron de nuevo para decidir dónde ir a cenar, escogieron nuevamente el restaurante “VISTA AL MAR”, porque tenia fácil acceso a las sillas de ruedas y además tenía ascensor.

Diez años más tarde, y cuando ya tenían ochenta años de edad, se reunieron nuevamente para ir a cenar. Finalmente escogieron el restaurante "Vista al Mar” porque NUNCA habían ido a ese restaurante y lo querían conocer!!!.

A reunirnos rápido antes de que se nos olvide quienes son nuestras amigas

QUE HACER CON UN PROBLEMA!

Una de las premisas más estimulantes para afrontar situaciones adversas es suponer que los problemas no son un problema. Grandes en algunos casos, pequeños por lo general, los problemas son simplemente desafíos inevitables que forman parte de nuestra vida diaria y que ocurren cuando lo que deseamos no es lo que obtenemos. Algo se rompe (pérdida). Un plan se desbarata por un imprevisto (sorpresa). Surge un malentendido (confusión). No nos sentimos o no nos vemos tan bien como quisiéramos (desilusión). Nos bloqueamos o nos sentimos impotentes cuando tratamos de conseguir algo (frustración).

Ya sea que el problema resulte de la acción de un agente externo, de una circunstancia casual, de un error de cálculo o de una equivocación o travesura, los padres deben alentar al niño a abordar cada problema como una oportunidad de aprendizaje de vida. El objetivo no es criar un hijo que nunca hace nada mal, o a quien nunca le sale nada mal, o intervenir siempre para solucionarle los problemas al niño. La meta es criar un hijo capaz, con la disposición y la habilidad de superar obstáculos.
Es muy raro que un niño no resuelva un problema sin aprender algo que antes no sabía o no podía hacer. Todos los problemas son maestros disfrazados. Y lo mejor de resolver un problema es que el proceso incluye su propia recompensa: la sensación de realización y orgullo por haber resuelto satisfactoriamente la situación
Con cada problema resuelto se conquista una cuota de capacidad que fortalece aún más la autoestima. Los padres pueden transmitir a sus hijos una visión más amplia de esta cuestión: “Cada vez que abordes un desafío en la vida, sin darte por vencido ni salir corriendo, mejorarás tu manejo de las situaciones y tu concepto de ti mismo”.

Autor: Carl Pickhardt

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HACERSE VIEJO ES UN REGALO!!!
El otro día, una persona joven me preguntó: ¿ Que se siente ser viejo?
Me sorprendió mucho, ya que no me consideraba vieja.
Cuando vio mi reacción, inmediatamente se apenó, pero le expliqué que era una pregunta interesante…
Y después de reflexionar, concluí que hacerse viejo es un regalo…

Soy la persona que quiero ser .

Algunas veces me desespero al ver mi cuerpo, las arrugas, los ojos con ojeras, la celulitis. Y a veces me sorprendo en la persona que vive en mi espejo. Pero no me preocupo por esas cosas por mucho tiempo.

No cambiaría mi amada familia, ni a mis sorprendentes amigos, ni mi maravillosa vida, por menos cabellos canosos y mi estómago plano.

Me he convertido en mi amiga. No me regaño por no hacer mi cama, o por comer esa galleta extra… Estoy en mi derecho de ser un poco desordenada, ser extravagante y oler las flores.

He visto algunos queridos amigos irse antes de haber disfrutado la libertad que viene con hacerse viejo.

¿ A quien le interesa si escojo leer o jugar en el ordenador hasta las 04.00 hras de la mañana y después dormir hasta quien sabe que hora?
Bailaré conmigo al ritmo de esos maravillosos acordes de los 50’s y los 60’s. Y si después deseo llorar por algún amor perdid,o lo haré…

Caminaré por la playa con un traje de baño que se estira sobre un cuerpo regordete y me lanzaré sobre las olas dejándome ir a pesar de las miradas de compasión de las que utilizan bikinis. Ellas también se harán viejas si tienen suerte…

Se que algunas veces soy olvidadiza, pero me acuerdo de las cosas importantes.

A través de los años mi corazón ha sufrido…Por la perdida de alguien querido, por el dolor de un niño o por ver morir a mi mascota, pero es el sufrimiento lo que nos da fuerza, lo que nos hace crecer.

Un corazón que no se ha roto, es estéril y nunca sabrá de la felicidad de ser imperfecto.

Me siento orgullosa por haber vivido lo suficiente para que mis cabellos se vuelvan grises y por conservar la sonrisa de mi juventud, antes de que aparezcan los surcos profundos de mi cara.

Cuando se envejece, es más fácil ser positivos. Te preocupas menos de lo que los demás puedan pensar.

Ahora bien, para responder a la pregunta, con sinceridad puedo decir:
¡Me gusta ser vieja porque me ha dado mi libertad!
Me gusta la persona en la que me he convertido. No voy a vivir para siempre, pero mientras esté aquí, no perderé tiempo en lamentarme por lo que pudo ser, o preocuparme por lo que será.
Trataré de:
Amar sinceramente.
Amar generosamente.
Hablar amablemente.
Y el resto dejárselo a Dios.

Que bellos es contemplar las flores y aspirar su fragancia…
Que bellas son las mariposas que vuelan de flor en flor…

Queridos amigos, disfruten sus años de vida y no se preocupen por haber perdido su juventud. Sonría cada mañana porque Dios se despierta antes que nosotros para colgar el sol y poder verlo desde nuestras ventanas.
Desconozco su autora

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Había una vez un niño que tenía muy mal carácter. Un día su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma debía clavar un clavo en la cerca de atrás de la casa.

El primer día el niño clavó 37 clavos en la cerca, pero poco a poco fue calmándose porque descubrió que era mucho mas fácil controlar su carácter que clavar los clavos en la cerca. Finalmente llegó el día en que el muchacho no perdió la calma para nada y se lo dijo a su padre. Entonces el padre sugirió al hijo que por cada día que controlara su carácter debía sacar un clavo de la cerca. Los días pasaron y el jóven pudo finalmente decirle a su padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca. El padre llevo de la mano a su hijo a la cerca de atrás y le dijo: - Mira hijo, has hecho bien, pero fijate en todos los agujeros que quedaron en la cerca. Ya la cerca nunca será la misma de antes. Cuando dices o haces cosas con coraje, dejas una cicatriz como este agujero en la cerca. Es como meterle un cuchillo a alguien que aunque lo vuelvas a sacar la herida ya quedo hecha. No importa cuántas veces pidas perdón, la herida está allí; y una herida física es igual de grave que una herida verbal.

Los amigos y nuestros seres queridos son verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Ellos te sonreiran y te animarán a mejorar. Te escucharán, compartirán una palabra de aliento y siempre tendráan su corazón abierto para recibirte. Demuestrales siempre a estas personitas cuánto los quieres.

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Todos los pensamientos me encantaron pero mas el de las amigas, que bonito :hugs:

Me alegra que te hayan gustado, saluditos…:hugs:

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Feliz Lunes Luz…
muy buen tema.

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Gracias @embb02 por pasar al tema feliz día…

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Que lindo

Gracias @FELINA feliz día :hugs: