¿Sabes de dónde viene la frase “lágrimas de cocodrilo”?
En la Edad Media se creía que los cocodrilos lloraban mientras devoraban a sus presas, fingiendo tristeza por lo que acababan de hacer. Esta idea se popularizó en Europa gracias a viajeros y escritores del siglo XIII y XIV, como Sir John Mandeville, quien lo relató en su «Libro de las maravillas del mundo». De ahí nació la expresión “lágrimas de cocodrilo”, que usamos hoy para hablar de una pena falsa, hipócrita o fingida.
Curiosamente, los cocodrilos sí lloran, pero no por emoción o culpa. Cuando un cocodrilo consume una presa, el movimiento de su mandíbula y garganta puede forzar el paso del aire a través de sus senos paranasales, lo que estimula las glándulas lacrimales y provoca el flujo de lágrimas. Es una reacción puramente física, no una señal de dolor ni tristeza.
Tomado de la red
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