Tanto el mundial de 1970 como el de 1986 funcionaron para el establecimiento de una nueva identidad nacional promovida esencialmente por la movilización de las masas, las cuales correspondieron a lo generado por los representantes futbolísticos que lo hicieron posible y al discurso nacionalista impuesto, las emociones, la unión del pueblo a pesar de los problemas económicos y políticos, entre otras cosas, sin embargo, existieron representaciones visuales que destacaron la identidad nacional del pueblo mexicano, Pico 70, Juanito 70 y Pique 86 representaron a México ante los demás países, como la mascota o imagen del mundial.
La identidad nacional se ha caracterizado por ser una construcción social plasmada en discursos que tienen la intención de unir a la sociedad en un mismo proyecto social, económico, político y cultural, sin importar las diferencias culturales y sociales que existan entre diversos sectores. Construir la identidad en México siempre ha sido el interés de las clases dominantes de cada uno de los sectores de la sociedad, desde los culturales hasta los políticos (Pérez Ruiz, 2003). En el caso de los mundiales no fue la excepción, pues tanto en 1970 y en 1986, la justificación -interpretada- ante la sociedad siempre ha girado en torno de mostrar a México como un país desarrollado, moderno y que puede estar en las esferas más altas del deporte.
Durante el mundial de 1970 la imagen oficial ante el mundo para la copa mundial fue un niño de complexión robusta el cual portaba el uniforme de la selección nacional y se complementaba de un balón y un característico sobrero de la nación mexicana, mientras que en 1986 el pueblo mexicano estaría representado por Pique, un chile jalapeño –el chile es uno de los alimentos más característicos de México-, de aspecto muy ranchero, un bigote largo, un balón de futbol y un extraño sombrero que se asimila al que usaba Juanito. Algo muy importante en cuanto a estos personajes es la representación sobre la identidad nacional mexicana, ya que, después del estallido de la revolución y el triunfo conseguido, fueron las elites y la “intelligentsia” quienes se propusieron hacer del campesino, del México rural e indígena, el objetivo central de la política social (Sigüenza Orozco, 2002) y por consiguiente, esto se ve representado en los eventos deportivos más importantes ya que, tanto en los desfiles se efectuaban actividades que representaban el folklore mexicano, así como también, en la imagen que México daba ante el mundo se hacía expresar elocuentemente con las imágenes de los estereotipos mexicanos.
Por otro lado, la imagen de Pique ha sido cuestionado duramente por Téllez Contreras debido a la forma en que se efectuó el Mundial, pues menciona que, Guillermo Cañedo, bajo las órdenes del presidente de la FIFA en ese entonces Joao Havelange y con el apoyo de Emilio Azcárraga, presidente de Televisa, afianzaron una alianza que operaba con eficacia. Así pues, gracias a esta alianza y al gobierno facilitador, la imagen del mundial, aquello que representaría a México ante el extranjero en 1986, no pudo ser regulado de la mejor forma y es por eso por lo que, dentro de su obra, menciona que la indignación por la mascota va en torno a que hicieron sentir al mexicano vergüenza y desprecio de su naturaleza, pues mostraron al mundo la imagen de un mexicano derrotado ante todo sin antes haber empezado. Continúa diciendo que, el sexenio del presidente Miguel de la Madrid podría conocerse como el sexenio del chile jalapeño y, además, cuestiona si es qué el presidente piensa en que Pique encarna la idiosincrasia nacional (Téllez Contreras, 2014).
La mascota perdida del mundial de 1970 es un águila anaranjada que porta los colores de la selección mexicana, la cual nace de un huevo con forma de balón y se llama “Pico” diseñada por Lance Wyman, mismo personaje que efectuó la creación de las estampillas postales que se usarían en la papelería oficial durante el mundial. Hay dos cosas sobresalientes con este autor, la primera tiene que ver con la situación de las estampillas ya que en estas se encuentran plasmadas artesanías prehispánicas, se pueden apreciar distintas rostros de las representaciones artísticas de las culturas precolombinas.[1] Por otro lado está el caso de lo sucedido con Pico y es que, al parecer esta imagen queda rezagada y olvidada con la creación de Juanito, debido a que este representa lo típico del mexicano, mientras que pico tiene un aire de modernidad, psicodelia y tiene tintes de anarquía, pues el contexto social e histórico había cambiado, es por esto que se optó por la mascota regordete, en pocas palabras tenía mayor representación internacional el sombrero y el niño, debido a que “en el extranjero mariachi es igual a charro, y éste igual a mexicano, con las connotaciones que implica”, de esta forma se entiende la preferencia de una mascota a otra y se esclarece cómo es que los estereotipos sobre la identidad nacional definieron la imagen de los mundiales de futbol México 1970 y 1986.
Referencias:
- Maya Lorena, Pérez Ruiz, “El estudio de las relaciones interétnicas en la antropología mexicana” en Los estudios culturales en México. Coord. José Manuel Valenzuela Arce, México, FCE, CONACULTA, 2003
- Salvador Sigüenza Orozco. “Del mariachi y la china poblana como identidad nacional en el siglo XX a lo diverso y heterogéneo en el siglo XXI.” Desacatos, núm. 9, primavera-verano, 2002, pp. 179-184. Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social Distrito Federal, México
Téllez
Jaime Lozano[2]
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