Ella es Juliane Koepcke y vivió una de las experiencias más aterradoras e impactantes de la historia de la supervivencia. En diciembre de 1971, a los 17 años, viajaba en el vuelo 508 de LANSA cuando el avión fue alcanzado por un rayo, desintegrándose en pleno vuelo. Juliane fue succionada fuera de la aeronave y cayó desde más de 5 kilómetros de altura, aún sujeta a su asiento.
Contra todo pronóstico, sobrevivió a la caída, pero al despertar, se encontraba sola en la implacable selva amazónica, con graves heridas y sin recursos. A pesar del dolor y el desorientamiento, emprendió una caminata de 9 días por la jungla, enfrentándose a innumerables peligros, hasta ser rescatada por leñadores. Fue la única sobreviviente del vuelo, que cobró la vida de 93 personas. Su historia es un testimonio de resistencia y coraje frente a lo inimaginable.