Y su baile fue mucho más que un número musical: fue un acto de coraje.
Durante la filmación de The Little Coronel (1935), el actor Bill “Bojangles” Robinson recibió una orden permanente: no podía sostener a la pequeña Shirley Temple de la mano frente a la cámara.
Hubo momentos en los que el racismo dictaba incluso los gestos.
Pero Shirley no obedeció.
En medio de la famosa escena de la escalera, lo miré, sonreí… y ella tomó su mano.
Ese simple acto, tan inocente y a la vez tan poderoso, se convirtió en historia: fue la primera vez que una pareja interracial bailó juntos en una película de Hollywood.
A medida que pasan los años, Shirley Temple habría recordado ese momento con gratitud:
«Bojangles me enseñó a bailar, pero también me enseñó algo más grande: a no tener miedo del otro. »
En un mundo que todavía veía todo en blanco y negro, bailaban en color.
Y su baile fue mucho más que un número musical: fue un acto de coraje.
Porque a veces, los gestos más pequeños pueden cambiar el ritmo del mundo. 

