Ynés María de Jesús Garay tiene 109 años, 13 hijos, 57 nietos, 107 bisnietos, 65 tataranietos, dos choznos, además de tres hijos de crianza. Ella tiene un gran total de 244 descendientes. Ynés nació en una finca de Cayey el 20 de abril de 1915 y estudió hasta tercer grado.
<<Ella empezó a trabajar en las talas de tabaco cuando tenía 13 años>>, indicó Ana Lydia Ortiz de Jesús, su hija y cuidadora. Ynés tuvo dos hijos de su primer esposo de quien se divorció al poco tiempo. Luego, ella se unió a Domingo Colón Ortiz en 1939 hasta que enviudó en 1983. Domingo fue tabacalero, carpintero, agricultor y dueño de una finca de cuatro cuerdas en Cayey.
<<Teníamos sembrada yautía, batata, china, aguacate, maíz, panapén, panas de pepitas y había vacas, cerdos y cabros en nuestra finca. Lo que comíamos era fresco, rendía para todos y sobraba>>, recordó Ana.
<<Mi mamá fue costurera y hacía muñecas para venderlas. Mi padre sembraba tabaco en otra finca que era de un hombre rico de Cayey. Él y mi mamá trabajaron por 20 años en una fábrica despalillando hojas de tabaco. Mi padre construyó su propia casa y mis hermanos aprendieron con él a ser albañiles y carpinteros>>, señaló Ana. Domingo e Ynés levantaron a su numerosa familia sin sellos de alimentos, ni Medicaid y nunca residieron en vivienda pública.
Ynés nació antes de que en Puerto Rico llegara la radio en 1922, la televisión en 1954 y mucho antes de que apareciera en la Isla el comercio extranjero de Kmart en 1959, Walgreens en 1962 y Burger King en 1963. Ella sobrevivió el terremoto de San Fermín en 1918 y los huracanes de San Felipe en 1928, San Ciprián en 1932, Santa Clara en 1956 y muchísimo antes de que se fundara la agencia extranjera de FEMA en 1979.
Al igual que la mayoría del resto de los puertorriqueños de su época, Ynés superó la adversidad y los retos cotidianos de la vida con resiliencia, resistencia, decencia, fe en Dios y trabajando con tenacidad. El matrimonio es otro gran ejemplo de autosuficiencia, dignidad y excelencia para la nación puertorriqueña e inspira a todos a llevar una vida productiva, sin mantengo gubernamental y a permanecer felizmente en Puerto Rico.
Por eso, Ynés María de Jesús Garay reflexionó: <<Antes se vivía mejor. Pero, estoy conforme con la vida. Estoy agradecida de Dios por todas las bendiciones que me ha dado con mi familia y mi longevidad>>. ¡Feliz día de las madres!
